jueves, 21 de septiembre de 2017

EL MIEDO DEL CAMBIO DE ETAPA

Hablo con amig@s, conocid@s, con mamás, papás y maestr@s, preocupados por cómo se produce el paso de una etapa a otra, de infantil a primaria.
A mi me coge por los dos bandos, soy maestra en 1° de primaria y mamá de una peque que ha pasado a 1° de primaria.
Teniendo esto en cuenta me planteo lo siguiente... ¿es suficiente un verano para que un niño de 5 ó 6 años, dependiendo de cuando los cumpla, haya adquirido las destrezas, habilidades y demás requisitos que le permitan estar en una mesa sentado durante cinco horas trabajando como un alumno de 6°?.... Que por cierto tampoco me parece lo más idóneo...
En mi opinión hay que cuidar mucho el momento del paso de una etapa a otra, aunque esto es extensible al cambio de curso por niveles antiguos, de 2° a 3° y de 4° a 5°.
Considero esencial conocer a los alumnos antes de verlos, es decir, reunirse con sus maestras del curso anterior y escuchar todo lo que nos tengan que decir de cada uno de ellos. Nos debemos interesar por cómo son, qué necesitan, si están viviendo una situación difícil en casa, cómo se relacionan en el centro con los adultos y con los compañeros, si tienen miedos... Y también, para los más preocupados por el tema curricular, nos interesamos sobre qué nivel de competencia tienen y más importante cómo facilitarles elproceso de aprender. En esta reunión por favor evitemos ETIQUETAR, somos maestros y muy dados a ello. Poner una etiqueta es poner una marca, es como un tatuaje, solo se quita con láser..., y a veces ni eso.
También es interesante saber de las familias, su disponibilidad, su manera de concebir la educación, su implicación en el cole.
Muchos maestros pasan por los coles de manera esporádica y a veces la comunicación es difícil, pero siempre hay algún documento que recoge cómo son los chavales con los que vamos a compartir el curso.
Y por supuesto y para cerrar esta reunión debemos saber cómo las maestras de infantil han trabajado con los niños, qué metodología han usado, qué materiales, las rutinas que han llevado a cabo, etc. Las maestras de infantil son maestras amorosas, de abrazos y achuchones, de espachurrar mofletes..., eso no se debe perder...Yo llegué a primaria desde infantil y me encantan los abrazos colectivos, los besos robados y las miradas de complicidad que se generan por el entendimiento en el proceso de enseñar y aprender.
Después de esta reunión esencial debe comenzar la preparación de la clase.
Obviamente vamos a empezar a trabajar como en infantil y poco a poco, sin prisa iremos cambiando hábitos, rutinas y actividades que nos permitan avanzar hacia otras prácticas educativas  más propias de la etapa de primaria. 
Si en infantil se hacen asambleas nosotros también, pero oiga, que en mi opinión las asambleas deberían hacerse en todos los cursos... 
Si en infantil hay rincones, en primaria también, y en este caso las propuestas serán distintas, pero rincones hay..., nosotros tenemos una cocinita maravillosa donde se hacen unos guisos estupendos, un rincón de plástica donde los artistas despliegan su creatividad, la biblioteca para leer, escribir y hacer juegos de lengua, el rincón de juegos de mesa y la estrella de la corona, el rincón de informática..., no es mala la selección, ¿verdad?
Trabajamos con grupos pequeños, es más fácil considerando la cantidad de niveles que tenemos en clase. Progresivamente iremos evolucionando hasta poder realizar todos actividades en gran grupo..., pero recordemos que estamos al principio de curso.
Proponemos tareas breves, que permitan cambiar de actividad constantemente, para evitar caer en el aburrimiento y el desgaste. El desarrollo evolutivo de los niños a estas edades hace que tengan periodos de atención poco prolongados. A medida que avance el curso se irán haciendo más largos.
Y siempre buscaremos la manera de hacer que los niños vengan felices al cole. Está demostrado que un niño que viene al cole contento tiene más posibilidades de éxito que un peque que llega triste al aula, independientemente de su capacidad intelectual.
Por último es esencial dirigirnos a las familias. Como madre me da seguridad saber que los maestros de mis hijas las van a enseñar los contenidos que el currículo dice, pero siempre de manera amorosa, que van a cubrir sus necesidades educativas y afectivas, que van a enseñar con autoridad pero sin autoritarismo y que el referente de mis hijas en la escuela es su tutor/a. 
A los padres de mis alumnos les intento transmitir esa tranquilidad. Sé que cada padre y madre deja en cada centro escolar lo mejor que tienen, lo que más quieren. Lo dejan en nuestras manos y confían en nosotros para llevar a cabo el proceso educativo, en el más amplio sentido de la palabra. Los maestros debemos tomar y no juzgar a las familias, sean como sean, para nuestros alumnos son las mejores. Esencial también, es que la familia confíe en la escuela y mire con buenos ojos al maestro, si esto es así el alumn@ aprenderá eso de sus padres y mirará con buenos ojos al colegio y a sus profesores.
El curso está en marcha, pongamos lo mejor de nosotros al servicio de las familias, los alumnos y la escuela.




1 comentario:

  1. Que interesante este artículo Bea. Creo que es un tema muy importante a tener en cuenta, que nos preocupa mucho a los padres y que debería tener más tenido en cuenta.

    Gracias por tu sensibilidad con ello, tus alumnos seguro lo agradecerán.

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