miércoles, 23 de mayo de 2018

NUESTROS MUNDOS

Hemos llevado a cabo una actividad preciosa. Nuestros alumnos han trabajado sobre aquello que se "estropea" en nuestras casas. No solo la casa en la que habitamos con nuestras familias sino aquella que compartimos con la humanidad, es decir, el planeta. Y además hemos visto que se rompe en  nosotros interiormente, en nuestro alma, en nuestro corazón, en nuestra casa interior... Nos hemos dado cuenta de que podemos arreglar muchas cosas, que estamos a tiempo siempre de mejorar nuestra vida y la de los que nos rodean..., eso sí, todo supone un esfuerzo y salirse de la zona de confort, vivir lejos de la comodidad personal para entrar en el esfuerzo global.

Los alumnos se han percatado de todo lo material que tenemos, incluso muchos de ellos cuando hablan de que se les rompe algo interiormente se refieren a objetos..., algún juguete, el mando de la tele, la tablet... y eso les hace enfurecer..., se quedan sin recursos, no saben qué hacer, a qué jugar... cada vez usamos menos la creatividad y la imaginación...

En el trabajo me doy cuenta que cada vez estamos más en  la importancia de tener, no de ser. Nuestros alumnos llegan a clase con los bolsillos llenos de cosas, pequeñas cosas. Algo que se sale en un huevo de chocolate, que le dan en una cadena de hamburguesas, que les compran los abuelos o los papás para entretenerles un poco... Lo necesitan para tener algo que contar en las asambleas. Les cuesta decir dónde han estado, con quién han pasado la tarde anterior e incluso les cuesta decir que se aburren, pues no están acostumbrados a gestionarse a ellos mismos.

Como sociedad  tenemos la labor de educar "en el aburrimiento", en el fomento de la creatividad y la imaginación, en el NO consumismo. Fomentar una educación "callejera" que permita la relación con los otros, con el entorno y con uno mismo.











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