viernes, 21 de octubre de 2016

AL COLE VENIMOS NOSOTROS Y NUESTRAS FAMILIAS

Hemos decidido dar cabida en la clase a nuestras familias. Sabemos de la importancia de ellas para nuestros alumnos, tanto es así que cualquier problema o suceso que acontezca en casa tiene repercusión en la escuela y en los aprendizajes de los niños y niñas. Un nacimiento, una muerte, una discusión, un accidente, un traslado, etc.
Por ello hemos decidido dar un espacio a nuestras "raíces". Hacer ver a los niños que ellos no vienen solos al cole, vienen acompañados por la energía y la fuerza que les dan su papá y su mamá. Y también sus abuelos y abuelas.
Teniendo en cuenta todo esto en clase hemos deducido que somos 25 alumnos con 25 papás y mamás. Pero además también tenemos presentes a los 4 abuelos de cada niño y nos juntamos con 100 abuelos. Así pues en total somos 175 en clase todos los días. ¡No está mal eh! y sin contar a los de la maestra, que también están presentes...
Hemos dibujado a nuestra familia, y en ese dibujo hemos dado cabida a todos aquellos que conscientemente conocemos, pero también en algunos casos hemos dibujado sin saber por qué a otros. Algunos muy grandes y otros pequeños. Unos bien vistos y otros escondidos. Las mascotas también han tenido su lugar. Todo vale, porque todo lo que queda plasmado tiene un sentido.

 Además queríamos dejar por escrito qué es nuestra familia para nosotros y han salido cosas muy bellas, incluso algunas declaraciones de amor y peticiones de perdón.


Hemos organizado con muñequitos nuestras familias cada uno elige el que quiere y lo va colocando. Todo para que no se nos olvide la importancia de dónde venimos, porque no podemos resistirnos a lo que somos y a nuestros orígenes.

domingo, 16 de octubre de 2016

LECCIÓN A MAMÁ.

Abro un nuevo camino en blogger con la historia más bonita que hasta el momento he contado. No diré que será la más bella de las que contaré pero seguro que es de esas que no dejan indiferente a nadie. 
Mi hija de siete años está pasando por un momento de rebeldía absoluta, ni más ni menos que cualquier otro niño de su edad. El momento de rebeldía va para varios meses y en muchas ocasiones se nos ha agotado la paciencia, la pedagogía y la "sistémica". Su papá  y yo, nos hemos puesto en su piel para intentar pensar lo que piensa una peque de siete años, e incluso intentar recordar cómo éramos con siete años. Además leyendo de aquí y de allá la entrada en los siete supone la primera crisis vocacional, se quiere algo, se va al mundo, se preguntan que papel tienen en su "sistema"...Con todo esto intentamos evitar esa confrontación que continuamente busca, aunque se hace difícil. Seguimos utilizando la palabra como medio de solución pero a veces no escucha y nosotros nos cansamos de escucharla. Así llevamos varios meses. Pero un fin de semana de octubre, después de comer en casa de la abuela llegamos a casa. Nos pusimos a jugar. El juego era de profes, mi hija pequeña obsesionada con la profesión no para de jugar a que ella es la profe y yo la alumna. Mi hija mayor va y viene del juego cuando quiere. Durante un buen rato se queda sola en la terraza preparando algo en una caja de zapatos vieja. Al rato viene y dice que le toca dar a ella la clase. La pequeña intenta evitar su participación, tiene a mamá sola para ella y no quiere compartirla. Pero yo medio entre ambas y le explico que es el turno de su hermana mayor. Mi gran chica me dice que es importante y que cree que puedo ponerlo en mi blog, Me quedo alucinada con su afirmación y le pregunto, sin saber qué es lo que va a hacer que si puedo grabarlo. Me contesta que sí..., aunque le da vergüenza. Dice que sólo quiere contar una historia. 
Esta es la historia...



A través de sus muñecos mi hija ha representado a su familia, esa de donde viene, esa que son sus orígenes. Pero es una familia que para ella era incompleta, faltaba el abuelo. Está y ha estado  y seguramente esté un poco más de tiempo enfadada por ello, pero nosotros confiamos en ella. Está en el camino de rendirse al destino de un abuelo que ella nunca ha conocido pero al que tiene muy presente. Ahora ella misma ha entendido que "nadie muere" "sigue estando con nosotros", pero "se hace invisible".